SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
Toni Alonso pregona con memoria histórica las Fiestas de El Pajar en San Bartolomé de Tirajana
Las fiestas patronales de El Pajar en honor de Santa Águeda han comenzado. Las pregonó este viernes Antonio Carmelo Alonso Macías, sentado junto al alcalde Marco Aurelio Pérez Sánchez; el concejal de Festejos, José Carlos Álamo; y el presidente de la comisión festiva, Mariano Trujillo, en un acto conmemorativo y ya tradicional celebrado con los vecinos en la plaza del pueblo.
A modo de viaje hacia el pasado, el pregón de Toni Alonso, el hijo de Paco Alonso y Saro Macías, narró sus vivencias personales de los años ’80 en el entramado vecinal del barrio, haciendo un recorrido vital por la memoria histórica de las fiestas del antiguo Arguineguín. “Todavía no estaban las casas que hoy día son nuestro hogar. Vivíamos a la orilla de nuestra playa. El entorno era precioso con la fábrica de cementos coronando la punta de El Perchel; con la playa de abajo, donde estaba el Bar Playa de Juanito; la playa de arriba; un tremendo espacio con un gran campo de fútbol; la finca; la plaza, el viejo pajar reconvertido en iglesia; el teleclub; los grupos de casas de arriba; el bar El Pajar de Fernandito, y la Cruz Roja, en la salida”, cartografío el pregonero.
Las fiestas de Santa Águeda eran entonces una feria con puestos de algodón de azúcar, el balancín de Víctor, una guagua loca, cochitos de choque, banderas, escenario, el bar azul de Felipe con un joven Norberto empezando hacer sus pinitos como feriante, la caseta de balines de Luis, algunas tómbolas y puestos de comida. El cabeza visible de todo aquello era Antonio Álamo ‘Chachule’, recordó el pregonero, que también aludió al Teleclub donde Ángel vendía chocolatinas y polos de hielo como el lugar donde los jóvenes y mayores del barrio agrícola y marinero compartían su tiempo libre.
Torneos de fútbol
En su pregón, Toni Alonso recordó los torneos de fútbol sala que se celebran entonces en El Pajar, y algunos de los equipos participantes como el Bazar Doramas, donde José Antonio Álamo y José Tejera ‘El Careta’ hacían maravillas; el Casa Mami donde jugaban ‘los rubios de Arguineguín’; el Bar Playa que capitaneaba el joven Tavi; el Casa Pedro… “Era como ver una Champions League en directo, donde el portero Lorenzo Artiles, paraba como el mismísimo Arconada”. Entonces lo más chicos tenían su propio torneo a horas más tempranas. De aquellos domingos de fútbol recordó también al portero Antonio Vega (‘Pepe El Gallo’), un gran colaborador en el asadero tradicional de las Fiestas, y a Lorenzo Alberto ‘El Cuchillo’, “entonces de pelo largo y mucho temperamento pero con un gran corazón humilde”.
“En aquellos años la semana de fiestas se convertía en una semana cargada de participación juvenil, infantil y ciudadana, con torneos de toda índole: campeonatos de fútbol sala, de pesca con caña, de pesca submarina, de frontón, de fútbol sala femenino, de zanga… todos ellos eran casi que una olimpiada al más estilo pajarero”, dijo.
Los escenarios
Los escenarios para aquellas fiestas se montaban de madera y los vecinos ayudaban a decorarlos. El pregonero recordó especialmente el año que decidieron realizar un barco, con un proyecto de Roberto Ortega ‘Tana’, con un gran mástil plantado en el centro de donde nacía la vela. Y recordó también a Rafaelita, que “siempre bien temprano limpiaba los estropicios de la decoración con una hoja de palmera”. Al frente de la ‘escuela de carpintería’ para aquellos escenarios se ponía Heriberto Álamo, mientras que Mariano animaba sutilmente a los ‘Cho Juás’ para que terminaran la obra a tiempo. El punto de reunión de los artistas era la plaza, y su almacén el antiguo pajar. La imaginación y creatividad de Heriberto lideraba la labor de los jóvenes.
En la decoración de los escenarios -recordó el pregonero- participaban Iván, Alexis, Juan Francisco, José Miguel, Ulises, José Ángel, Chiche, Heriberto, Carmelo, Faustino y algunos más, como el año que pintaron el letrero gigante de las fiestas en negro en el muro de la finca.
La Asociación El Perchel
Para organizar y preparar aquellas fiestas de antes se organizaban verbenas a puerta cerrada con entradas a 500 pesetas (3 euros) en el campo de fútbol sala, forrado con plástico negro para que no se viera el interior, donde también se aprovechaba para vender bocadillos y copas que aumentaran los beneficios de la recaudación que se dedicaba a las fiestas.
El pregonero recordó que las fiestas de Santa Águeda se empezaron a realizar en el mes de febrero, hasta que en una de ellas una tromba de agua hizo cambiar de planes a los organizadores, que tomaron la decisión de celebrar el día de la patrona por todo lo alto en febrero y realizar las fiestas en primavera “y todos contentos”.
Fue la época en la que llegaron al pueblo dos jóvenes monjas, Juani y Macu, para curtirse con la experiencia de las hermanas Carmen y Pilar, y que junto al entonces animador sociocultural, Santi, lograron alinear las inquietudes juveniles del barrio dando lugar al surgimiento de la Asociación Juvenil y de Tiempo Libre El Perchel, organizadora de una semana cultural donde incluso el pregonero intervino sobre el escenario vestido de monja para cantar Sister Act, y también se quedó en ropa interior interpretando Full Monty.
Aquella asociación, con Carmelo, Iván, Rubén, Tino, Oliver Lasso y varios más, organizó durante varios años las fiestas de fin de año y también la de reyes, a las que se sumaban vecinos de las localidades cercanas. En aquellos años, las banderas recién lavadas de las fiestas patronales que servían para engalanar todo el pueblo se colocaban mediante una carretilla elevadora que prestaba la fábrica de Cementos.
Cuando se montaron las primeras romerías de la fiesta, el pregonero trabajaba de extra los fines de semana en el Bar Playa, con Tavi, Víctor, Rafa, Paco y Óliver. Los jóvenes buscaban la forma de tener su propia carreta. Un año José Ángel aprovechó el viejo Opel Corsa rojo de Rosi para reconvertirlo en una que duró varios años.
Mayores y asadero
En aquellas fiestas de entonces el tradicional encuentro de mayores lo capitaneaban Inmaculada Amador y Carmela. La paella y las patas de cochino asadas se iban a buscar en un Renault Exprés. Las anfitrionas disponían y organizaban: “Alonso tú en la pata de cochino, Manolo tú en la paella, ustedes con los refrescos y el agua, Mariano, Olga, Evelia y el resto a repartir, Nadia tú también, que no les falte de comer a las personas mayores”, recuerda el narrador que decía Inmaculada y Carmela apostillaba con la mirada, para orquestar y celebrar el evento con la sensación del trabajo bien hecho.
Para el tradicional asadero dominical de pescado de las fiestas, en colaboración con la Fábrica, durante las semanas previas se preparaba la madera y el pregonero y su padre reparaban los braseros, cuya colocación disputaban Juan Alberto, Pepe ‘El Gallo’, Aroldo, Mariano y otros. En paralelo, en el taller de la fábrica Maestro Carlos preparaba con mimo la máquina del gofio y el ventilador de los braseros, y Maestro Cristo se encargaba de reparar los braseros y las parrillas.
El mismo día del asadero, viejos y jóvenes del pueblo se juntaban y todos tenían un cometido. Cada uno una función. Poner leña, dar fuego, cargar las parrillas junto al camión, llevar parrillas a los braseros, sacarlas; conjuntar bizcocho, pescado y gofio; vender bebidas en el bar y por último repartir. Agustín el peluquero se encargaba del gofio. Cerca de él Maestro Carlos y
Maestro Pedro ‘el tornero’, también Maestro Cristo, y Pedro Álamo, José Antonio, Chachule, Margarita…, “todos ellos aportaban sus experiencias y sabiduría como las anécdotas que se repiten todos los años”. Las monjas en la mesa de los tickets del bar de la comisión de fiestas, y Manolo Castellano en la barra del bar, demostrando su buen uso del grifo de la cerveza. En la mesa del pescado y organizando la composición de los platos: Susana, Manolí, Nadia, Juana, Olga, Evelia, la madre del pregonero y otras. En los braseros: Pepe ‘El Gallo’, Aroldo, Juan Alberto, Alexis. En el camión del pescado: Ulises, Abelito, Víctor Araña y el propio pregonero.
Scala en Hifi y despedida
Toni Alonso también recordó el tradicional espectáculo de Escala en Hifi que cerraba las fiestas, con divertidas actuaciones y parodias de los mayores del pueblo, como Tito tirando besos al público, Cuca interpretando a Isabel Pantoja, Juana como el pequeño Fary, el infatigable Pablito, ‘El Tejero’, Inmaculada Zerpa, Carmela, y tantos más.
En su intervención, el pregonero también tuvo palabras de agradecimiento para Pedro Lasso, que contribuyo a iniciar su relación laboral con Cementos Especiales; para Maestro Carlos Álamo, su primer jefe, y para José Antonio Álamo y Maestro Cristo Hernández.
Toni Alonso cerró su pregón felicitando a los vecinos por las fiestas, y expresando el deseo de que El Pajar “recupere aquel espíritu de unión y de lucha que yo viví en este pueblo”.